Pacific Rim salva el verano



El enorme blockbuster de Guillero del Toro es la película del verano

Pacific Rim es uno de los últimos “blockbusters” de un verano repleto de ellos, y la promesa de un aclamado director de obsequiarnos la película de monstruos enormes que llevamos anhelando por mucho tiempo. Guillermo del Toro no es cualquier cineasta, por lo que un proyecto de esta magnitud en sus manos se perfilaba desde temprano como la razón de ser de efectos especiales y el formato 3D. En otras palabras, Pacific Rim prometía ser mucho más que puro entretenimiento tonto al que nos tienen acostumbrados directores como Roland Emmerich y Michael Bay, director de la serie de Transformers. Como poco, la película cumplía con todos los requisitos para convertirse en el “blockbuster” del año, tal vez de la década.

Protagonizada por Charlie Hunnam, Idris Elba, Rinko Kikuchi y Charlie Day, Pacific Rim propone la creación de un grupo de robots gigantes con el nombre de “Jaegers”, alemán para “cazador”, en un intento de proteger a la humanidad de una amenaza alienígena de criaturas gigantes llamadas “Kaiju”, japonés para “monstruo gigante”. Hunnam personifica a Raleigh Becket, un ex piloto de Jaeger y la última oportunidad de los humanos para vencer a los Kaiju.

Pacific Rim es grande. No, es enorme. Es el más monumental estreno de mitad de año y es, además, una máquina del tiempo, pues parte de su misión es transportarte a tus años de infancia utilizando como herramienta una historia que va directo a la zona del “guilty pleasure; ese que involucra peleas exorbitantes entre monstruos y robots gigantes. Es “over the top” en todos los aspectos y aún así, logra dibujar una sonrisa en tu cara que lucirás largo rato tras haberla experimentado. 

Tan estruendosa como una película de Michael Bay, pero con alma, Pacific Rim es un mensaje claro a otros directores que lo han intentado y han fracasado. Una gran diferencia es que Del Toro evita los acercamientos innecesarios durante la acción y los giros nauseabundos de 360 grados a los que nos tiene acostumbrado Michael Bay en sus intentos de hacer blockbusters atractivos.

A diferencia de un blockbuster a manos de Michael Bay o el gran patriota de Roland Emmerich, Del Toro logra sumergirte tanto en la historia como en la acción. Es como si cada pelea tuviera su propia personalidad. Cada golpe, victoria o derrota viene acompañado con un sentimiento que normalmente no encontramos en películas de pura acción, y es que Guillermo del Toro no creó Pacific Rim; lo hizo el niño de trece años dentro de él, pensando en cómo complacer al niño dentro de todos nosotros, y lo logró.

Pero este no es un blokbuster cualquiera, pues Pacific Rim se toma su tiempo en desarrollar sus personajes principales para una mejor vínculo entre ellos y nosotros, la audiencia. Desde el héroe con recuerdos que lo atormentan, hasta los personajes caricaturescos cuyo propósito no es otro de servir de "comic relief", Pacific Rim los trabaja todos, pero con una atención al detalle a la que muchos cineastas hoy en día restan importancia.

Si algo no funciona en la película se debe a un par de protagonistas cuyas actuaciones nunca llegan a ser más interesantes que sus pasados poco interesante, y a un guión que mayormente se recuesta de lo trillado y pocas veces presenta algo completamente suyo u original. El guión nunca toma un camino diferente y se mantiene, con el fin de entretener, en un camino seguro anteriormente recorrido en un sinnúmero de películas. Una vez entra la acción, los hipnotizantes efectos visuales no permiten que permanezca en tus recuerdos por mucho tiempo lo que pudo haber sido un giro o momento cursi en el libreto a manos de dos actores fuera de sus respectivas atmósferas.

Es necesario tomar en cuenta, para no caer en la usual crítica de lo trillado, que se trata de Guillermo del Toro, el mismo que nos obsequió la fenomenal El Laberinto del Fauno en el 2006 y las dos excelentes películas de Hellboy. Del Toro sabe lo que hace y si Pacific Rim maneja clichés, lo hace a propósito. La película reconoce que no es nada más que un blockbuster, abraza su identidad y se presenta, desde este jueves 11 de julio, como la película más entretenida del verano.


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Por Orlando Maldonado para Dieta Cinéfila.